No importa lo que dure. Créeme que no importa.
Un minuto, un año, un siglo.
Pero mientras dure decime que es para siempre.
Y a la hora de olvidarte procure dejar intacto el paso de los años que nunca podre tener.
Por todo lo que hoy no queda, voy buscando la manera de quererme un poco más.
Me equivoque, solo quería ser yo misma otra vez.