Al tiempo, el daño comenzó a descolocarse y era más fácil solo dejarlo ir. Al menos pensé que así era. Pero en cada muchacho que encontré en los siguientes años, me encontré a mi misma buscándote a ti, y cuando mis sentimientos se hacían cada vez más fuertes, decidí escribirte otra carta. Pero nunca las envié por miedo de lo que me podría llegar a encontrar. Para ese momento, tú ya habrías conseguido otra vida, y nunca quise pensar en tí acompañado de alguien más. Quise tener el recuerdo de cómo eramos nosotros dos ese verano, no quería perder eso...
The notebook