Quién puede decir ciertamente lo que es un hombre. Qué siente. Qué piensa. A qué le teme. Por qué vibra. Qué es lo que mas le interesa en la vida y en el mundo. Hasta dónde es capaz de amar sin pensar que está loco o que es ridiculo. Quién puede decir que realmente conoce a un hombre. Quién puede decir que realmente lo comprende... A veces pareciera que sí, que es posible, que atravesando el complicado laberinto de su pensamiento uno ha llegado al fondo, a ese lugar secreto, escondido, protegido por los cinco sentidos y lo ha encontrado... Pero un minuto después, él se rebela, borra todas las huellas, tuerce las agujas del reloj, cambia de voz, de piel, de convicciones. Cambia la intensidad de la mirada, se vuelve hosco, lejano, inalcanzable, o nos hace creer que cambia de voz, de piel, de convicciones y que se vuelve inalcanzable... otra vez estamos afuera, otra vez llamando a su puerta, otra vez estamos comenzando.